La solución a la alta demanda de níquel por la fabricación de baterías
¿Puede estar la solución a la alta demanda de níquel generada por la creciente fabricación de baterías, en nuestros bosques?
Pues parece que sí, gracias a una tecnología prometedora llamada Fitominería, que consiste en utilizar plantas para extraer metales del suelo que no son abundantes y que pueden ser caros por su importancia estratégica para el desarrollo tecnológico.
Además con el níquel cotizando en valores de alrededor de 19.000 dólares por tonelada, la fitomineralización representaría una oportunidad de negocio para las naciones en desarrollo.
Los productos esenciales para la fabricación de las baterías del coche eléctrico como el níquel y no sólo de este, experimentan una demanda que no para de crecer a medida que la transición hacia la movilidad cero emisiones continúe incrementándose.
En la actualidad se necesita una media de casi 13 kilos de este metal, para producir un coche eléctrico. Por este motivo, la demanda podría multiplicarse por diez, fácilmente, a finales de la década. Pero uno de los hechos que hacen un objeto de deseo, es que los fabricantes de baterías pretenden reemplazar el cobalto por níquel, lo que trae tras de si mucha polémica, problemas medioambientales y hasta geopolíticos por la posición dominante de determinadas naciones.
Según voces expertas, la movilidad eléctrica representará el único sector con mayor incremento de demanda, que podría pasar de 92.000 toneladas en total en 2020 a 2,6 millones en veinte años.
Es por esto que en Malasia principalmente, pero también en Italia, Grecia, Francia y Albania, se están llevando a cabo procesos de fitominería para satisfacer el crecimiento exponencial de la demanda de sulfato de níquel de clase 1, ya que el obtenido de las plantas tiene tal pureza y calidad, que es perfectamente adecuado para su aplicación en baterías de iones de litio.